Vamos a hacer un bacalao rebozado que va a hacer que le saquemos todo el sabor a este sabroso pescado. Enumeramos lo necesario para poder hacer este sencillo plato.
Ingredientes (2 personas):
- 350 – 400 g de bacalao desalado.
- 1 huevo.
- 125 – 150 ml de cerveza.
- Perejil.
- 2 ajos pequeños.
- Sal.
- Aceite.
- Harina de trigo.
Elaboración:
Para comenzar a hacer el plato, debemos tener primero el lomo del bacalao desalado. Hoy en día lo podemos adquirir ya sin salazón, por lo que os recomiendo esta opción y no os complicáis demasiado.
Para hacer este lomo de bacalao, vamos a cortar rodajas de un dedo de espesor. Con esta dimensión, vamos a conseguir que cuando lo metas en la sartén y se haga la capa exterior, el interior esté jugoso y en su punto.
Tras cortar el lomo y reservarlo, vamos a hacer lo que nos va a servir para rebozarlo. Para ello, echamos en un bowl bastante perejil muy picadito y dos ajos pequeños muy picaditos también. Añadimos un huevo batido, una pizca de sal (tener en cuenta que el bacalao no necesita mucha sal para estar sabroso), la cerveza y removemos todo. Por último vamos añadiendo harina hasta que la masa del rebozado vaya cogiendo la consistencia que deseemos (sta consistencia es a gusto del consumidor, yo la he hecho hasta quedar con el punto tal que se quede pegado al bacalao cuando lo echemos en ella y podamos también saborear la masa sin que se le caíga por el camino a la sartén).
Una vez echa la masa, metemos los pedacitos de lomo y vamos echando a una sartén caliente. Como he dicho antes, se nos va a hacer una cara, le damos la vuelta y cuando la otra se nos dore, el bacalao estará en su punto, listo para sacar. Lo ponemos en un plato con papel absorvente y estará listo para emplatar.
Presentación:
Nosotros hemos optado por una presentación simple, disponiendo tres rodajitas de bacalao en un plato y adornando con gajos de naranja, que tan bién combina con este tipo de pescado. Le damos colorido al plato con un poco de perejil y ya tenemos nuestro bacalao rebozado listo para llevarlo a la boca.
¡Un bacalao de vigilia en pleno otoño!, ¡Hala!.