Recuerdo que cuando era pequeña venia a casa una señora amiga de mi madre y se los hacía. Le salían muy buenos y siempre traía una lata de conserva de las de 1/2 kg. como envase para hacer las medidas. Hacía una gran cantidad para que nos duraran bastante tiempo y yo los disfrutaba porque siempre me han gustado mucho, por lo que es una buena excusa para saborearlos en otras épocas del año.

Observación:
No todas las harinas sirven. Ultimamente he tenido fallos con harinas del Día y Mercadona para freír, que las he utilizado habitualmente, incluso la amiga que me los enseñó a hacer me ha dicho lo mismo, así que lo mejor es comprarla en una panadería
Una cucharada sopera generosa de ajonjolí y otra de anís en grano
1/2 cucharada de clavo molido
Ralladura de 1 limón
Ralladura de 1/2 naranja ( o solo ralladura de 2 limones)
Una pizca de sal
Azúcar y canela en polvo para rebozar
Aceite suficiente para freír **El aceite de oliva virgen extra es para la masa.
Hay quien los fríe con otros aceites (girasol o especial para fritos) y salen bien. Eso va en gustos.
**PARA PRINCIPIANTES SERÍA CONVENIENTE HACERLOS CON 500 g.. DE HARINA, PARTIENDO LAS CANTIDADES. Así es mas facil cogerles el punto.**
Poner la harina en un bol en forma de volcán, echar en el centro el clavo, las semillas del anís y el ajonjolí con el aceite frito y frío, una pizca de sal, las ralladuras de limón y naranja y el vino
Mezclar muy bien.

Tiene que quedar lisa y no pegarse a los dedos.
Sacarla del bol y trabajar con las manos untadas de aceite.

Formar una bola.
Hacer una bolita del tamaño de una albondiguilla y con un rodillo aplastarla haciendo una lámina ovalada y fina, enrollar en un dedo y cerrar presionando, haciendo un rulito.
La masa debe ser elástica, si se agrieta al aplanarla no está bien.
Hay que apretar bien la pega y rápidamente echar al perol, que tendrá el aceite caliente, pero no demasiado, que no humee.
Siempre se hace uno primero para ver si se fríe bien y no se deshace; si lo hace es que falta harina; aunque con las medidas que pongo suelen salir bien, es mejor comprobarlo.
También puede que le falte aceite.
Una vez que comprobemos que el pestiño sale bien, con el resto de la masa formamos bolitas y vamos haciéndoles su forma y friéndolas, como he explicado antes, en un perol con abundante aceite cuando esté en su punto, (fuerte, pero no demasiado)
Echar pocos de cada vez para que se doren y resulten crujientes.
Ir sacándolos a una bandeja con papel de cocina para que suelten el exceso de aceite.
Preparar un plato con abundante azúcar y canela molida, mezclar y rebozar en él los pestiños, que se irán poniendo sobre platos de servir.
Hay que cogerles el punto a la masa y la fritura, son un poco cansados de hacer, pero el placer de comerlos justifica el trabajo.
Además, bien guardados duran mas de 1 mes y cada día están mas buenos.
Los que son para guardar los pongo en una lata de metal que cierre bien, forrada con papel de cocina.
Gracias por poner mi receta. Me ha dado muchas satisfacciones y sigo recibiendo correos de gente que los han hecho y les gustan
Una receta así es imposible que no guste!…..jeje 😉
Hasta ahora, no se ha dado el caso.
Tengo una anécdota de hace muchos años:
Una hermana mía decía que no le gustaban los pestiños, siempre ha preferido los roscos. En cambio a mi madre le gustaban por encima de cualquier dulce y siempre hacia mas para ella y mi hermana ni los probaba.
Un día que me visitó tenía mi lata de petiños a mano y le puse algunos en una bandejita. Insistía en que no le gustaban y yo en que los probara… de compromiso probó uno y… ¡Pero éste está benísimo! – ¿ves? le contesté. es que no habías probado los míos…jejeje!!