Un manjar del mar, así es como califico yo a los bígaros. Ese gran desconocido de nuestros mares a los que se le puede dar el apelativo de «caracol de mar»,
Son muy fáciles de hacer, al igual que las cañadillas, por ello, en esta entrada seré breve y no me iré por las ramas.
Al igual que en las cañadillas donde indicamos que se pueden optar por dos caminos para hacerlos. en este caso igual, los caminos son exactamente los mismos.
¿Qué necesitaremos?
Ingredientes:
Elaboración:
1.- Primera posibilidad.
En esta primera posibilidad y con los bígaros previamente lavados bajo el grifo de manera concienzuda, ponemos a hervir en una olla con agua, la sal, el laurel y la pimienta y esperamos hasta que llegue a la ebullición.
Una vez que comienza a hervir, añadimos los bígaros y dejamos el tiempo estimado según el tamaño del producto. Yo, a priori os aconsejaría que en bichos pequeños les déis unos 3 minutos y si son grandes unos 4-5 minutos.
Nada más sacarlos las echamos en un bowl con hielo y agua para parar la cocción y que no se sigan cociendo con su propio calor.
Tened en cuenta que si os pasáis mucho en la cocción el bicho será más dificil de sacar y quedará mucho más seco..
2.- Segunda posibilidad.
La segunda sólo difiere de la primera en que la sal la ponemos en el bowl con el agua fría, sin necesidad de ponerla en la olla en la que hervimos el agua, es decir, al agua que hierve tan sólo le añadimos el laurel y la pimienta.
A la hora de sacarlos los ponemos en el bowl de hielo, agua y la sal que antes no hemos echado.
Como podéis ver, son dos opciones muy parecidas y al final ofrece un resultado semejante, así pues, esto es cuestión de gustos. Yo quizás prefiera la primera opción porque con la alta temperatura entiendo que los alimentos cogen más los sabores y el sabor de la sal es primordial en este tipo de productos.
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