Hoy es ya miercoles, que con el paso de la fiesta de la Fuensanta en la capital cordobesa, parece que podemos disfrutar de una semanita algo más corta de lo habitual. Para volver después de esta mencionada festividad, vamos a hacernos un plato muy rico y no falto de pique. Vamos a hacer un plato de pechuga de pollo en salsa de guindillas y queso. ¿Qué necesitaremos?.

Ingredientes (2 personas):

• 300 g de pechuga de pollo.
• 1 puñado de gambas (cantidad al gusto).
• 2 guindillas rojas grandes (el pique también al gusto).
• 40 – 50 g de mixto de queso rallado.
• 1 cucharada de queso Philadelphia.
• 1 chorreón de vino blanco (1/3 de vaso).
• Aceite de oliva virgen extra.
• Orégano picado y cebollino para decorar.
• Sal.

Elaboración:

La forma de hacerlo es fráncamente sencilla. Vamos a hacer por un lado la salsa y por otro el pollo y al final mezclaremos todo en una sartén.

En primer lugar en un vaso batidor, echamos las dos guindillas a las que quitaremos las pepitas previamente (si no se desean dos guindillas, se puede utilizar tan sólo una, todo depende de cuanto piquen y de como nos guste a nosotros este pique). A estas guindillas, le echamos también en el vaso batidor el queso rallado y el de untar. Añadimos el vino, sal y orégano picado.

Cogemos la batidora y empezamos a darle movimiento. Mientras tanto iremos echando aceite de oliva al gusto, aunque debemos tener en cuenta que es una salsa y que cuanto más aceite de oliva echemos, más aceitosa quedará en nuestro resultado final.

Una vez que la salsa la tenemos hecha (mirad bien cantidades, que luego el pollo quede cubierto y tengamos bastante salsa), nos disponemos a hacer la pechuga de pollo.

Para ello, la cortamos en bastoncitos medianos y la ponemos en la sartén con una cucharada de aceite de oliva a freir. Cuando se vea que está convenientemente hecho, añadimos una pizca de sal y por último la salsa y movemos. En ese justo momento, pondremos en la sartén las gambas peladas para que no se nos queden secas y las podamos disfrutar jugositas.

Le damos un mareo, moviéndolo, hasta que veamos que la gamba está hecha al punto que queremos y el pollo está completamente hecho y conjuntado con la salsa.

Presentación:

En la presentación, nosotros hemos optado por un plato hondo, para que la salsa se quede bajo el pollo, haciéndolo sobresalir en el centro del plato. Para decorar hemos echado cebollino picado y hemos colocado una guindilla sobre el pollo como pieza significativa del plato.

Un plato muy sencillo y rico, os lo recomiendo.