Hoy vamos a hacer un plato sencillo pero muy rico, y que para estas fechas en las que las comidas copiosas se vuelven más que una costumbre, puede venir como anillo al dedo para facilitarnos su preparación.
Vamos a hacer unas almejas en salsa. Muchos podéis decir que quizás se acerque a una salsa marinera, pero respeto mucho este tipo de salsa y su ejecución por los «carrilexos» como para decir que la que yo hago a continuación, se le parece en nada.
Ingredientes:
- 1 kg de almejas Japónicas o de Carril.
- 1 cebolla de tamaño medio.
- 3 dientes de ajo.
- 1/2 pimiento verde grande.
- 1 trocito de puerro.
- 1 cucharada o cucharada y media de harina.
- Vino blanco.
- Zumo de 1/2 limón.
- Aceite de oliva y sal.
Elaboración.
Antes de la elaboración, me gustaría diferenciar y aclarar porqué he escogido este tipo de almejas para este plato. En primer lugar son almejas de un tamaño medio y que viene muy bien para presentarlas con una salsa que tenga cuerpo. Por ejemplo, las chirlas, bajo mi punto de vista, se prestan más a salsas líquidas, aunque claro, esto todo depende del gusto del que se lo toma, por lo que lo que estoy comentando es pura opinión.
Quizás me llaméis pesado, pero vamos a exponer los dos tipos de almejas que os menciono para que tengáis una visión más profunda del elemento que estamos utilizando hoy.
Almeja Japónica.
Este bivalvo presenta una concha sólida formada por dos valvas iguales unidas por un ligamento visible en ambas, que le permite su apertura y cierre. Su superficie externa está esculpida por profundas líneas o costillas radiales y concéntricas, que le dan un aspecto de cuadrícula mucho más marcada que en la almeja fina. La coloración externa de la concha es normalmente oscura, entre marrón y gris-negro, según el sustrato donde viva, y la interna es marrón, violeta o amarilla. Tiene dos sifones largos y unidos en la mayor parte de su longitud, siendo ésta una buena diferencia con la almeja fina.
Vive en fondos de arena y cascajo desde la zona intermareal hasta pocos metros de profundidad, compartiendo hábitat con la almeja fina. Es de crecimiento rápido, alcanzando la talla mínima comercial de 40 mm a los 2 años aproximadamente.
Almeja de Carril
Su concha posee unas finas líneas en forma de radios y otras concéntricas que forman sus característicos cuadritos. Su color, entre blanco y castaño, varía dependiendo de la zona de producción. Sus sifones son largos y están separados en toda su longitud. Aguanta viva fuera del agua mucho más tiempo que otras almejas, por lo que adquiere un gran valor en el mercado
Bueno, por fin, sí, ya comenzamos con la elaboración del plato.
En primer lugar debemos limpiar las almejas. Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, ponemos las almejas en un bowl con agua y añadimos un chorreón de vinagre y de sal para emular el agua marina y hacer que se vayan depurando mediante el paso del agua através ellas.
Mientras tanto, en una sartén con un buen chorreón de aceite de oliva virgen, echamos la cebolla en brunoise y los ajos muy picaditos. Damos un mínimo movimiento y echamos el pimiento también en brunoise y el puerro picadito.
Mareamos todo y dejamos hasta que los ingredientes se comiencen a hacer. En el punto en que la cebolla ya coja su color transparente, añadimos la harina y removemos para que la harina se fría y no nos de luego mal sabor.
Una vez que hemos removido la harina, echamos las almejas, removemos también un poquito para que todo se impregne de todo y añadimos el zumo del 1/2 limón y el vino blanco. Como podéis ver, con el vino no hemos puesto cantidad, porque depende de el espesor de salsa que quieras y de los tiempos de cocción de la almeja deberás jugar con este e incluso con el de la harina.
Os aconsejo que antes de servir, probéis la salsa y veáis si está en su punto, porque si la véis algo sosa, estáis a tiempo de echarle una chispa de sal y darle ya su puntazo supremo.
Presentación:
La presentación es muy sencilla, porque este tipo de platos visten por sí sólos. Un platito hondo, las almejas bien puestas y su salsita por encima y…..listo para ser degustado.
Por último, como he dicho antes, los «carrilexos» que me perdonen, que esta salsa no es marinera…….;-)
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Salvador Valero
Director Editorial
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