Vamos a marcarnos hoy un rico plato de mejillones a la marinera pero con ese toque que siempre le damos nosotros a las cosas, porque si algo bueno tiene la cocina es que tú puedes hacer tus propios platos diferentes a los demás, aunque tengan los mismos ingredientes. Parece mentira o al menos extraño, pero ciértamente es así.

¿Qué vamos a utilizar para hacerlos?

Ingredientes (2 personas):

• 300 g de mejillones.
• 1 chorreón de Vino blanco.
• 1/2 cebolleta grande.
• 1/4 puerro.
• 1 diente de ajo.
• Perejil.
• 1 chile rojo.
• 2 limones.
• 120 – 150 g tomate frito.
• Pimienta negra en grano.
• 1 hoja de laurel.
• Tomillo.
• Aceite de oliva virgen extra.
• Sal.
• Cebollino para decorar.

Elaboración:

En primer lugar vamos a limpiar bien los mejillones y para ello, los raspamos con el cuchillo redondo o con un estropajo de acero bajo el chorro del grifo quitándole las barbas  que posee entre sus valvas (bien me podría servir para hacer un trabalenguas) que es por el que se encuentran sujetos a las rocas o a los viveros donde se crían, allá en las magníficas Rías Baixas.

Una vez que los tenemos limpitos, los echamos en un cazo y le añadimos el zumo de los limones, una pizca de tomillo, unos 10 granos de pimienta negra y una hoja de laurel y ponemos al fuego. En fuego fuerte se harán en muy poco tiempo, así que estaremos pendientes para sacarlos y reservarlos a parte. El caldo que ha quedado de la cocción lo guardamos porque nos servirá para la salsa.

Para hacer la salsa, ponemos la cebolla picadita en una sartén con aceite de oliva virgen extra y seguidamente incluimos el puerro. Cuando esté haciéndose, añadimos un chorreón de vino blanco. Esperamos a que se evapore el alcohol y echamos el tomate frito. Dejamos que se vaya haciendo todo y cuando veamos que el tomate va reduciendo también, vamos echando el caldo de la cocción de los mejillones colándolo debidamente.

A parte, en un mortero, ponemos un poco de sal, un diente de ajo, perejil fresco y 3/4 ó 1 chile rojo (dependiendo del gusto) y machacamos todo bien. El mejunje que hemos obtenido lo echamos a la salsa y seguidamente ponemos los mejillones. Lo mareamos durante unos cinco minutos aproximádamente y listo para servir. Como siempre os digo, os recomiendo que probéis el punto de sal para ponerlo al gusto.

Presentación:

Hemos escogido un plato hondo porque la salsa es muy importante en este plato ya que va a tener fuerza, porque hemos unido el caldo ácido de la cocción con un punto fuerte del ajo y del chile. Sin duda muy muy interesante.

Ponemos los mejillones sobre la salsa y decoramos con dos ramitas de cebollino. ¡Listo para comer!