Hoy os quiero presentar todo un descubrimiento que ayer mismo pude disfrutar en nuestra ciudad (Córdoba). He de decir que iba sin un conocimiento ni una idea preconcebida de Arrow Córdoba, sin saber el tipo de cocina que realizaba y la verdad, debo decir que la visita se convirtió en una gran sorpresa, tanto por el concepto de cocina que ofrecen, como la ilusión y sentimiento que ponen sus propietarios, Rocío y Arturo.

Arrow es el fruto de una ilusión, de una aventura gastronómica que estos dos soñadores han querido hacer realidad, dejando la cocina en manos de Arturo (grandísimo cocinero con mucho que ofrecer y en continua fase de aprendizaje) y las relaciones públicas y redes sociales en las de Rocío (¿quién mejor que una periodista para esta función?).

La verdad es que se trata de un proyecto que me ha encantado, porque a parte de la calidad y comida, de la que ahora hablaré, se puede detectar esa sonrisilla de satisfacción a la hora de ofrecerte cada plato, de explicarte su contenido o de hacerte una referencia en redes sociales. Esa sonrisa y esa ilusión es el mejor ingrediente que puede tener un negocio de esta índole y por ello, he de darle mi más sincera enhorabuena.

Una vez que he hecho esta introducción, que me apetecía mucho trasladárosla, me gustaría dividir mi recomendación en tres puntos más. El local, el servicio y la cocina.

• El local:

Arrow se encuentra en Rafael de la hoz Arderius, en pleno «Vial», a un paso de la Estación de tren. Una ubicación muy buena tanto para los visitantes a nuestra ciudad como para los propios cordobeses.

Si lo vemos desde dentro, me encantó la decoración y más aun sabiendo que los mismos propietarios han estado mano a mano poniendo desde el primer cartel hasta el último papel de decoración. Detalles que hacen que sea un sitio diferente, personal y que transmita sentimiento.

Puedes adentrarte en la costa italiana rodeado de buganvillas desde la mesa e incluso ir al servicio sintiéndote Robin Hood……detalles que suman a un proyecto basado en buscar algo diferente.

• El servicio:

Exquisito, profesionales que al igual que sus propietarios (muy involucrados en el propio servicio) hacen que te sientas como en casa. Así es como me hicieron sentir a mi y a todos los integrantes de nuestra mesa.

• La cocina/comida:

En boca de Arturo Soria (chef) su cocina es «rústica con un formato actual» y la verdad es que, desde mi punto de vista, lo ha conseguido. Arriesgado pero con paso firme y marcando un camino seguro por sus conocimientos y su buen hacer en la cocina.

Toques asiáticos y de otros países y culturas, adornando recetas de nuestra tierra. Sutilezas, mezclas y texturas que sorprenden en la boca.

Gyozas de pollo marinado, tridente de croquetas (exquisitas y suaves), boquerones en vinagre con cítricos (con un toque de lima y naranja que les da un punto diferente y exquisito), Crunch provenzal de champiñones (rellenos de salmón ahumado y gambas, con una cobertura de mantequilla y provenzal), Pañuelito de rabo de toro (con un toque de canela que le da un toque muy especial), Texturas de bacalao ahumado al azahar (bacalao en tempura con una salsa ahumada riquísima y un jarabe de azahar), Pulpo asado (lo disfruté al máximo, junto a un cremoso de patata y panceta frita) y un postre de sopa de cítricos con guarnición de fresa y uva que junto a un buen Pedro Ximénez te hacen dar un final de bandera a una cena espectacular.

Pues sí, platos elaborados, de autor, de imaginación y de conocimiento. Todo ello a un precio que, hasta ahora no teníamos en Córdoba en este tipo de comida. Con este concepto y a este precio, se puede acercar más al cliente que, en esta difícil época en la que nos encontramos, quiere disfrutar de una cena o comida de este tipo.

Soy una amante declarado de este tipo de idea, de cocina, concepto y sueño. Porque en muchos casos los sueños se pueden hacer realidad y en Arrow quieren compartir el suyo.

Enhorabuena Rocío, Arturo y todo el equipo de esta nueva familia.

Fotografías obtenidas de Arrow Córdoba (@arrowcordoba), Iprotur (@andresorgaz) y Diego Martínez (@DiegoKmino)